Me dices que te bese,
pero solo un poquito,
no vaya a ser que te guste
y quieras más.
Que te agarre la mano, sí,
pero sólo cuando estamos sin ropa,
debajo de las sábanas
o de un manto de estrellas,
en la orilla del mar.
Para que sea más íntimo,
más privado.
Y hagamos eso que llaman amor,
sin amar,
porque asusta
y es quizás para otro cuento.
Uno donde no te perturbe
toda la metafísica
que encuentras en mis ojos
cada vez que te miro, me ruborizo y pestañeo.]
Que te puedo decir que me gusta acariciar tu pelo, cómo me besas los besos…
Pero poco, que si no,
luego desapareces.
Y ahí quizás, en una de estas,
sí que me enamoro,
y ya la jodimos… ¡Ja!
Deja que el miedo te coma,
todo lo que no me has dejado saborear a mí.
Deja de quererte, déjate morir.
Sigue acariciando sin alma,
deja que el frío se te meta bien dentro
y se quede en ti.
Deja que sea tu propia castración (senti)mental]
la que te haga aullar a la luna llena,
y no mi ropa interior de encaje, color lujuria.
Sigue, sigue, sigue…
Que te consuma,
lo que yo solté y dejé atrás.
Sigue así,
que esta historia ya me la (can)sé.
Pronto llegará una huelga de abrazos.
Esta obra cuyo autor es Noemí Quesada está bajo una licencia de Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional de Creative Commons.
👍👍👍👍👍
Me gustaLe gusta a 1 persona
☺️☺️
Me gustaMe gusta