En ocasiones no soy consciente de lo que escribo. Otras veces, escribo deliberadamente. Mis dedos toman vida propia y se conectan con mi ser, con mi universo interior. Se transforman, crean su propio espacio, su volumen. Se hacen sentir. No tengo claro cuál es el impulso que me guía. Solo sé que me gusta escribir. Que tengo un mundo dentro de mi cabeza, que fluye y lo transformo en letras.
Escribo para no caer en mi propio olvido. Escribo para ser feliz, para sobrevivir. Escribo como método de sanación. Escribo como responsabilidad. Escribo para compartir y como filosofía de vida. Escribo, porque pienso demasiado. Para ordenar mi cabecita loca. Para experimentar. Para crear. Por curiosidad. Porque la tierra me inspira. Porque la música me inspira. Porque la gente me inspira. Porque lo que sucede me inspira. Por la belleza. Escribo como si pensara que un día me fuera a quedar sin historias que contar, sin ilusiones que vivir, y sin estas ganas tan mías de querer por encima de todo. Esto va de letras y de pies descalzos. Ven, y encuéntrame.
Esta obra cuyo autor es Noemí Quesada está bajo una licencia de Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional de Creative Commons.
De letras y pies descalzos 