Una ventana al mar de mis ojos,
un abismo de espuma,
una espiral de abrazo azul.
Boca transformada en caracolas.
Corazón de escamas.
Respiro de alma branquiadora.
Serena calma.
Diluída estoy en mis aguas,
abierta en canal a lo abisal,
al horizonte infinito.
Desde esta ventana,
desde esta calma,
respiro una tierra
que me invoca.
Un navegar sin rumbo.
Un jacío que me roba el corazón.
Sirena de mis amores
tus cantos son futuro de sal.
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