Fallo conceptual

No soy invisible.

Pero he estado en cuarentena,
en fase de negación.

Me costó darme cuenta,
que andaba
en una gama organoléptica anacrónica.
En la cuadratura del círculo
que yo misma había trazado,
porque las cosas tienen que ser así,
aunque no lo sean.

Jugando a ser alquimista
buscando una ecuación perfecta,
la hora idónea,
las corrientes marinas que subieran a mí.
Pero… ¿dime tú
cómo coño iba a suceder eso
si yo no soy una orilla?

Ni tampoco puerto.

Lección que aprendió
mi espíritu ya zarpado,
cansado de verme mirar a otro lado,
cuando se trataba de mí misma.

Estoy cansada,
estoy rendida.
Y sé,
que esta batalla no será la última,
de esta guerra ya perdida.
Queriendo clamar al viento una dimisión desesperada.
¿Y si lo que tenía que ser ya fue?
¿Y si ni nunca ha sido, ni será?

Sin juego ni reglas,
a la deriva de mi percepción desnuda,
de una traición intuitiva.
De mírame que estoy aquí.
De etiquetarte una ceguera
por no saborear mis frutos.
De no querer ser partícipe
de una realidad que no concibo.

¿Quién es la ausente de sentido?

¿Dónde planto esta revelación?

A veces el silencio,
es la mayor prueba de su existencia.

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Esta obra cuya autora es Noemí Quesada está bajo una licencia de Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional de Creative Commons.

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