Dices que hay luz.
¿Que hay luz dónde?
Yo no la veo,
a mí no me calienta.
No me es dulce,
me sabe a hiel.
Me huele a azufre,
cada vez que me rasco
allá donde tú me acariciabas.
Esto es un infierno.
No quiero mirar hacia otra parte.
Quiero sellar mis ojos,
que no se me encandilen de algo nuevo.
No quiero que mis labios amanecidos,
se alimenten de otra boca.
Dile a alguien que venga,
y que apague la luz.
Esta obra cuyo autor es Noemí Quesada está bajo una licencia de Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional de Creative Commons.