Sueños lúcidos

Me concentro en estas 27h, de pasión que me han penetrado a cuentagotas, en el torrente sanguíneo. O en el humo que exhalo de mi boca caliente, pensando en tu piel, y en tu lengua. En como me sabe a fruta fresca de temporada, dulce, ácida. En su jugo, que se me resbala por la piel. En cómo bebes de mí.
Hay quien habla de mariposas, pero nadie dice nada de este avispero que se alborota y se retuerce en mi barriga. Que me despliega las alas, me eleva. Que vuelve fuego lo que recorre mis venas, y se exuda por mis yemas.
Esta necesidad de estamparnos contra todo, y atravesar paredes, colchones y hasta el espacio tiempo.
Que sí, que existe la alquimia, y es eso que converge entre tu ombligo y el mío. Como un imán, que nos funde, nos deshace, y nos vuelve a convertir en carne, huesos, sangre. Y en saliva de tu boca a la mía, de la mía a la tuya. En un constante fluir desordenado, universal.

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