Es domingo, y una vez más me encuentro sentada al borde de la cama. Observo la luz que se filtra por las persianas y llega hasta mí. Intento no hacer ruido, no moverme, tan siquiera casi, respirar… Todo para evitar disturbarte.
Miro mis manos y pienso: «tus ojos, que ya no sé abrirán más». Abrazo mis piernas, volviéndome un ovillo. Una lágrima de felicidad, rueda por mi cara, y cae.
Lo hice, te robé tus sueños, y gané los míos.
Esta obra cuyo autor es Noemí Quesada está bajo una licencia de Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional de Creative Commons.